sábado, 30 de diciembre de 2017

HISTRIONISMO Y SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO

La psiquiatría dice que el histrionismo es un trastorno de la personalidad caracterizado por una excesiva búsqueda de atención y necesidad de aprobación. Los individuos que lo padecen (mayormente mujeres), se muestran muy animados, vivaces y dramáticos. Esto, hoy parece haberse convertido en una actitud convencional generalizada. Con el interrogante que si la misma es producto de una sociedad que abandonó la búsqueda de valores superiores, o simplemente, de la sumatoria de deficiencias neuroquímicas individualesEs constante ver como todos hacen circo de todo. Nada puede promocionarse, darse a conocer de una manera discreta, sobria, sin que medie la intervención de los medios en forma pomposa, exultante y carnavalesca. 
Por otro lado pareciera que no existe acontecimiento deportivo, cultural, social- y festividad -Navidad, día Patrio o conmemorativo- "de guardar" sin que -otra vez los multimedios- pretendan hacernos partícipes de los mismos de manera compulsiva, invadiendo nuestros oídos, ojos y sensibilidad con la televisión, Internet, radio. No menciono la lectura, porque ello es privativo de un esfuerzo consciente que exige disposición espiritual y cognoscitiva que muy pocos poseen, redundando en beneficio de aquellos que -justamente- pretenden transformar a la sociedad en un "espectáculo" continuo. Claro, más se festeja, más se gasta y más se consume. Y de paso se le da de comer a millones de periodistas, reporteros, noteros, que si informaran lo que se debe y como se debe, no podrían ganarse la vida. Más que un país generoso, es un mundo generoso, porque el fenómeno parece extenderse de manera global. 
¿Y el resto de la gente qué? El público es partícipe de la parodia, alimentando este afán de transformarnos a todos en obedientes consumidores incapaces de discernir entre la alegría respetuosa y sana, de la zoncera grotesca e irracional.
Prever el destino final de esta sociedad circense carnavalesca, es difícil. Pues parece que las generaciones presentes tienen naturalizado al "show" dentro de sus vacuas existencias y muchos estarían dispuestos a "ofrecer sus vidas en holocausto" -de ser necesario- ante el altar del espectáculo

viernes, 24 de noviembre de 2017

NACIONALISTAS Y LIBERALES

Considero la ideología liberal contraria al interés nacional. Aunque muestren puntos comunes en las bases de sus postulados y orígenes, a la postre ambas terminaron divergiendo en sus aplicaciones prácticas en la vida de los pueblos.

   El liberalismo es una filosofía política que defiende la libertad individual y la iniciativa privada, limitando la intervención del Estado y de los poderes públicos en la vida social, económica y cultural. Surgió en el siglo XVIII y fue adoptando diferencias evolutivas en el tiempo hasta transformarse en neoliberalismo, cuyos defensores apoyan la liberación de la economía, el libre comercio en general y la reducción del gasto público y del intervencionismo del Estado en favor del sector privado. Sobre esta doctrina se fundamenta el estado de derecho, la democracia representativa y la división de poderes.
Qué es Nacionalismo? » Su Definición y Significado [2020]
   El nacionalismo surge a fines del siglo XVIII también, junto al concepto de Nación, colocando ideológicamente a la nación cómo único referente identitario dentro de una comunidad política. Defiende el derecho de los pueblos a su independencia y soberanía política, a resistir la opresión y la obligación de luchar contra el dominio extranjeroParte de dos principios: el de soberanía nacional, por el que la Nación es la única base legítima para el Estado; y el de nacionalidad, por el que cada nación debe formar su propio Estado, cuyas fronteras deben coincidir con las de la nación. En lo económico -premisa esencial a considerar en el bienestar de los pueblos- se opone a los mecanismos de dependencia, sosteniendo la necesidad de que los sectores y empresas básicas de la economía permanezcan en manos de capitales nacionales, muchas veces estatales, cuando el sector privado no está en condiciones.

  El economista y político rumano, Manoilescu, considera que la ganancia capitalista es una cuestión superficial, cuando el beneficio del Estado y la Nación es decisivo. Él promueve la producción no regida por el principio de la ganancia y que aporta pérdidas; por lo tanto, solo puede ser llevada a cabo por el Estado que la considere útil para el país, por algunas razones como: posesión nacionalizada de todas la riquezas naturales, de ciertas ramas de la industria, medios de transporte, bancos, etc, así como del usufructo de ellas; política arancelaria y comercio exterior dirigida a promover exportaciones y limitar las importaciones mediante gran variedad de recursos de todo tipo, prácticas dirigidas a promover la producción nacional -industria, agricultura, servicios- mediante subsidio directo, descargas fiscales, compra de productos agrícolas, etc.

  Desglosar hasta lo más fino las diferencias técnicas de ambas doctrinas, implicaría un trabajo mucho mas arduo que esta síntesis de opinión -por supuesto basada en trabajos múltiples-. Pero, en el contexto de una comunidad que pretende ser organizada e impulsar un desarrollo sostenido -cultural y económicamente-, está en nosotros decidir si deseamos vivir en una Nación o en un conglomerado.





jueves, 16 de noviembre de 2017

SOBRE LA RESISTENCIA CIVIL

Resultado de imagen para islandia banqueros corruptosCuenta la leyenda, que en el año 1540, los habitantes de la ciudad de Perugia -Italia-, en protesta contra la resolución papal de aplicar un fuerte impuesto sobre la comercialización de la sal y su monopolio por parte del Estado Pontificio, dispusieron no poner sal en el pan, costumbre que continúa hasta la fecha. El hecho histórico fue conocido como la "guerra de la sal" https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_la_Sal_(1540) y si bien acabó con la derrota de los peruginos, tómese esta gesta cómo introducción al tema que deseo desarrollar.
Hay casos en la historia -no muchos por cierto-, en los que se demostró la firme convicción popular de resistir una medida dispuesta o ejercida impune y arbitrariamente desde el poder gubernamental -o sus aliados oligárquicos- con evidente violación a los derechos populares y nacionales.
Sin duda, el más emblemático de todos, en tiempos actuales, es la -a mi criterio- mal llamada Revolución islandesa.www.elcomercio.com/.../corruptos-islandia-impuestos-panamapapers-analisis.html Digo mal llamada ya que en la misma no se disparó un solo tiro ni hubo derramamiento de sangre y personalmente dejé de creer en  revoluciones pacíficas, culturales, educativas y demás hierbas semánticas por el estilo. El asunto es que, en aquel pequeño y menos poblado Estado europeo, 24.000 ciudadanos -en total son 330.000- firmaron una petición en línea solicitando y logrando la "cabeza" del Primer Ministro de Islandia, quién estaba "hasta el pecho" en el escándalo de los Papeles de Panamá. Además, otros 10.000 islandeses se manifestaron en Reikiavik -la capital- demandando la salida de este "nada prolijo" funcionario público vikingo.
Cómo si esto fuera poco, "en la heladera hay más". En 2008 se nacionalizaron los tres mayores bancos de Islandia, que luego debieron cerrar, pues los islandeses no permitieron el salvataje con fondos públicos de éstas entidades bancarias, cómo ocurrió en Argentina, entre otros. Además, procesaron y encarcelaron a los políticos y banqueros responsables de tal "kilombete financiero". Cómo resultado de este sublime acto de soberanía popular, ocho años después, sin salvatajes bancarios ni préstamos exanguinarios, la economía islandesa se recuperó, habiendo cancelado antes de tiempo las deudas contraídas con el FMI, y después de lograr que los acreedores internacionales redujeran las tasas de interés.
Si cree que lo descrito más arriba fue extraído de un cuento de ficción, le aseguro que no. Es una historia real, ocurrida en el planeta Tierra y protagonizada por humanos -iguales que usted y yo-. Lo más notable es que lo hicieron con un espíritu verdadero y legítimo de Pueblo y de Nación, sin cortes de calles, toma de edificios públicos, quema de neumáticos o  actos vandálicos clásicos de los  pueblos desconocedores del respeto humano, las leyes y la solidaridad comunitaria. Además, lo lograron sin dejar de trabajar, respetando a quienes no deseaban manifestar que continuaran libremente con sus actividades. El paraíso social, si lo hay.
Pensar que a ellos, antiguamente se los conocía como bárbaros. Cualquier diferencia con nuestra realidad, no es coincidencia, es evolutiva.





sábado, 4 de noviembre de 2017

THE SHOW MUST GO ON: El Show debe continuar

   Metieron en cana al vicepresidente de Cristina Fernández, Amado Boudou, engrosando la lista de los detenidos junto a Báez, Milani, López, Salas, De Vido y otros más, desde que asumió Macri la presidencia de la Nación.
VIVID Grand Show | Berlín | Friedrichstadt-Palast   
   Me pregunto y les pregunto, ¿está bien que vayan presos los corruptos? Por supuesto que deben ser encarcelados. No solo eso, deben ir todos, en tiempo y forma, como también los traidores a la Patria -figura jurídica contemplada por la Constitución, hoy confinada  al "arcón de los recuerdos"-.
   
  Otra pregunta, ¿es una persecución política este proceso, según reiteró en varias oportunidades la ex presidente de la Nación? La respuesta es "no positiva", según el término acuñado por el vice presidente mendocino. No es política, pero si "judicial", pues intenta juzgar causas de delitos.
   
   Pero -siempre hay un "pero" para quienes buscamos la quinta pata en el deseo de acercarnos a la verdad-, ciñéndonos estrictamente a lo jurídico, debemos preguntarnos también, si los procedimientos de detención seguidos en estas causas fueron los correctos. Y, en honor a la verdad, objetivamente, debemos respondernos otra vez en forma negativa: todos los corruptos encanutados hasta el momento, lo fueron en forma preventiva, sin condena y por causas menores.
   
   Sabemos lo difícil que es, en Argentina, juzgar y meter tras las rejas -en cárceles comunes- a funcionarios del gobierno anterior, pues siempre cuentan con la mirada de soslayo del gobierno de turno, que deja pasar el tiempo transformando las "causas" en procesos prolongados -de años-, engorrosos y minados de triquiñuelas judiciales, que acaban metiendo "en cana" solo a perejiles, para mi, "chivos expiatorios" para justificarse -ante una opinión pública y electorado miopes-, de haber realizado lo que debían. Cuando en realidad -secreto a voces-, es una parodia más de las ofrecidas por la sacro santa democracia. Es como si la clase política haya realizado un pacto de silencio -independiente de los partidos- en el que existe el acuerdo donde la premisa es: yo no te jodo, vos no me jodés.
   
   Además -siempre en el mismo tema-, parece que los jueces "despertaron abruptamente" de la siesta que se pegaron durante los años de la "década robada" del gobierno kchorro. Aunque más que siesta, esta parece un proceso de hibernación, estado de letargo en el que se reducen o anulan las reacciones orgánicas, en este caso -o caos-, cívicas.

   Considerando los aspectos mencionados más arriba, sumados al espectáculo circense ofrecido por los medios en flagrante violación a la intimidad personal de los detenidos, que por más delincuentes presuntos que sean, sus delitos recién se están investigando; teniendo en cuenta todo esto, decía, reflexiono en lo poco serio del procedimiento, echando a perder o eclipsando lo bueno del mismo.

   Termino quedándome -igual que el pequeño actor por entonces, Rodrigo Noya de la serie "Hermanos y Detectives"- con el interrogante: ¿no es sospechoso?


sábado, 21 de octubre de 2017

MISOGINIA NO, PERO...., TAMPOCO LA PAVADA

   Escribo desde la bronca. No es bueno -lo sé-, pero el instrumento me permite descargar algo que me atenaza interiormente desde hace un tiempo. Y lo hago porque, no sé si por loco o marciano, percibo que no tengo cabida con mis pensamientos en ningún sitio.

   Es que las mujeres -o mejor LA MUJER- me tienen las "pelotas por el piso" -hablando en criollo-. Lo digo porque advierto, cada vez con mayor intensidad, que las féminas se vuelven cada día más sensibles, intocables, insoportables. Las cercanas, de mi familia, trabajo, amigas desperdigadas escasas que poseo, y las pertenecientes al mundo del espectáculo, los medios; en definitiva todas las que conforman el espectro social en el que me muevo.

   Por supuesto que las mujeres están dotas de una sencibilidad y sensualidad ajenas a nuestra naturaleza y me resulta deleznable cualquier tipo de violencia -física, verbal o psicológica- ejercida sobre mujeres o cualquier persona. 
Pero percibo cierto aire de chicaneo y facturación constante en el ambiente. Cómo exigiendo una indemnización por tanto tiempo de sumisión al despotismo ejercido por los hombres durante el "período de auge de la cultura occidental, greco romana y machista" -el cual recuerdo con nostalgia.

   Nos censuran las observaciones; las actividades, otrora ejercidas por mujeres, por tradición, capacidad o sensibilidad, tales como tareas domésticas y crianza de los chicos y de las que hoy también nos ocupamos los "machos alfa" -en el sentido cavernícola de la expresión-; siempre poseen -según ellas-, algún defecto, imperfección que, por supuesto, nos dirigen al lugar de "hombres que solo sirven para los verbos de la segunda conjugación: comer, cojer y joder". Dentro de ésto, ni que hablar de hacerles algún reproche acerca de una actividad realizada por ella -o que pudiesen haber realizado y no la hicieron-, nos hace acreedores inmediatamente a la diatriba más intensa y que hoy utilizan mejor que los "borrachos del tablón", contestándonos el consabido "lo hubieras hecho vos" o, "¿acaso vos no lo podes hacer?"

   En el aspecto socio sexual, bueno... La jerga utilizada desde antaño para tratarnos -hombres y mujeres-, con piropos, observaciones, expresiones imperativas, malas palabras -de uso cotidiano- hoy puede ser utilizada, o interpretada, por las "descendientes de Eva" como expresión de malos tratos: verbal, físico o moral. Hasta se crearon "oficinas" destinadas a recibir todo tipo de queja o denuncia  bajo la forma jurídica de violencia de género, en la que la mujer sea -como es de esperar- la víctima.

   Como dije al principio, recuerdo aquellos años dorados, en los que la mujer, se distinguía del mal llamado sexo fuerte por su delicadeza, sensibilidad, percepción, calidez maternal, esposa abnegada -no sumisa-; trabajaba sin quejarse, con dedicación, en silencio junto a su esposo manteniendo el mismo lenguaje ante los hijos y el mundo.Los intereses de su familia primaban sobre los suyos personales, a veces al extremo de negarse y relegarse a sí misma.

   En contraposición a nuestros días, la mujer no se distingue, excepto por los rasgos físicos -en ciertos casos- del varón: putea y usa palabras vulgares -en forma cotidiana, familiar y social-, las chicas se emborrachan en la vía pública junto con los varones y al mismo nivel , gritan y se ríen de manera grotesca, se tiran pedos y eructan cómo si fueran Shrek o Fiona.

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   Por supuesto que todo lo anterior no es aplicable al 100% de las mujeres. Toda regla tiene su excepción. Existen -es bueno destacar- mujeres que hacen gala de su prudencia, distinción y feminidad. Sus gestos y comportamiento delicado, discreto, realzan su belleza natural y aquella "debilidad adorable" que nos vuelve locos a los varones -al menos algunos.

   Noto también, la ingente influencia del feminismo, con un discurso de odio hacia el hombre y de privilegios para la mujer, muchas veces encubiertos bajo la forma de derechos. Ejemplo, decidir sobre su cuerpo, aún a costa de la progenie.

   No deseo adentrarme demasiado en los temas ideología de género, feminismo o misoginia, porque merece considerarse aparte y por especialistasPero al ser sistémico, me pregunto por los orígenes oscuros de esta dinámica social. Si, más que el efecto de una lucha de género, ¿no significa una disputa cultural que encubre la verdadera lucha "política" donde actúan las y los feministas más radicales?

miércoles, 18 de octubre de 2017

DISCUSIONES POLÍTICAS: un camino a la nada

Me pregunto cual es el sentido -si lo tiene- de la discusión o el debate político. Aunque podría, en principio, responderme que "no",  considero que el interrogante merece una respuesta más compleja.Digo esto, porque la charla en mesa de café de temas de cierta trascendencia, se realiza -como podría esperarse- sin disponer de una base ideológica sólida. Es evidente que la mayoría de los que nos enredamos en estos -a veces- laberintos dialécticos, en general carecemos de los argumentos que justifican la existencia de un determinado problema, remitiendo la compulsa a  cuestiones más bien partidistas que nada tienen que ver con la esencia ideológica, convirtiendo lo que debería ser una charla reflexiva en una batalla de diatribas lanzadas mutuamente. Decidir en forma coloquial, si el gobierno de los Kirchner fue más o menos corrupto que el de Menem  o  Macri -por tomar solo un ejemplo-, no es tema en el que se vaya a arribar a conclusión alguna -como en cualquier discusión-, mucho menos si los debatientes están vestidos con la camiseta del fanatismo ciego o del interés personal , que en el caso de los argentinos suele inclinarse "en la dirección de los vientos". Cómo sucede con el enamorado/a, por más deletérea y objetiva que pueda resultar la observación acerca del ser querido; jamás hallaremos en el -o ella- mancha alguna que ensombrezca su "imagen angelical". Aquí, cada uno expone su parecer más que su conocer, lo que generalmente se halla teñido de parcialidad, pasión, tradición y sensibilidades varias ajenas al carácter analítico que debería poseer. Diferente a esto es la disertación o conferencia, en la que alguien explica su punto de vista sin interrupciones, más allá que su punto de vista difiera diametralmente de la mayor parte del auditorio.  De acuerdo a lo anterior, sugiero como conducta prudente, evitar complicarse en "coloquios barriales" si en ellos no estamos dispuestos -por ignorancia o desidia- a profundizar objetiva y no subjetivamente en el credo de la cuestión. No sería más que una pérdida de tiempo, pudiendo llevar al quiebre de relaciones y muchas veces a desnudar la naturaleza visceral de las partes.


 

miércoles, 29 de marzo de 2017

SE DICE DE LOS YARCOS…


...en San Juan, que el término proviene de una tribu Huarpe habitantes del norte de Jáchal, cuyo cacique se llamaba ALLARCAY. Cómo tenían costumbres propias y gustos diferentes a los demás indios, se los conocía en el lugar como “los de Allarcay” o simplemente “Llarcos”. Más adelante, en la década del 50, durante el gobierno peronista, los contras llamaban al porteño pobre, mal vestido y poca cultura, “cabecita negra”. A los cuyanos los llamaban despectivamente Yarcos, los de Allarcay, solo que con “ye” y no con “LL”, fonema este último que los porteños no pueden pronunciar.
   
  Sirva la introducción histórica para poner en contexto al lector del tema que trataré a continuación, con la intensión de rescatar y reivindicar un término por demás desconocido pero no por ello impreciso.

   Cómo sanjuanino, el vocablo llegó a mi conocimiento (desde la niñez) para referirse despectivamente a la persona mal hablada, mal vestida, vulgar o mas genéricamente, a la gente humilde, de bajo estrato socio cultural. Sin embargo, debo aclarar que, a diferencia de lo que la opinión pública considera, no debemos asimilar humildad con pobreza, ya que, en el contexto presente, existe gente pobre que no es humilde, mientras que hay ricos que si lo son. Pero es un problema a tratar en otro apartado. En la aplicación a este ensayo, que nadie se sienta aludido desfavorablemente en la reflexión, pues no se está autorizado a “pecar de ridículo” a costa de ser pobre o humilde.

   En la era contemporánea, a los 55 años viviendo en Argentina, donde nací, eduqué y formé (humana y profesionalmente), poseo una creciente necesidad de categorizar aquel término aprendido en la infancia, ahora maduro y con experiencia en “el lomo”. Nada más propicio que este término para aplicar el mismo a ciertos grupos (cada día más numerosos) de la sociedad argentina, también conocidos como “negros de mierda”, aunque esta expresión no tiene que ver con el color de la piel, pero si con el del alma.

  Adocenados, estúpidos por los efectos de la televisión macabra y vacía de contenido, con el “fulbo, la puta y la joda” como estandartes, estos individuos a pesar de la educación recibida no aprendieron nada, desconociendo límites de espacios propios o ajenos. Queriendo defender sus derechos individuales o sectarios a cualquier costo, hacen pública su ignorancia absoluta e indiferencia al bien común, cómo si el derecho de ellos valiera más que el de su prójimo. Generalmente andan en patotas, considerando cómo iguales a ignorantes, andrajosos, matones, provocadores e ignorantes del “buen gusto” y la belleza. Desconociendo el significado del “absurdo”, todo aroma a “distinción” y “superioridad” les resulta nauseabundo, prefiriendo el “ridículo que los hace “gente de barrio”.

   Lamentablemente, sucesivos gobiernos voceros de intereses foráneos, con sus políticas destructivas de la educación pública; sumado a la acción corrosiva de los medios que contribuyeron a la distorsión de la cultura popular; han posibilitado la reproducción y difusión de éstos especímenes, indígenas exiliados de cualquier civilización.

   El peligro del fenómeno social, no se encuentra tanto en la repugnancia que despierta en la gente de bien (no en “gente bian”), sino en la perturbación que los “melánicos” producen en el desarrollo de una sociedad superior, una Nación Grande, donde sus ciudadanos se sientan atraídos por la belleza y lo sublime. En definitiva, un pueblo que sepa apreciar que “no es lo mismo ser derecho que traidor” y que la Biblia sonría en un lugar diferente que “junto al calefón”.